domingo, 26 de julio de 2009

Ascender, caer.
Herir, odiar.
Desear, esperar.
Curar, salvar.

Nunca encerré mi emoción,
mi pasión siempre es fuerte,
nunca perdí mi devoción
pero en algo el destino se erró.

No les dejes saquearme de nuevo,
tu veneno no es bienvenido aquí,
no les dejes que me llenen de
medidas desesperadas.


Me dices que estoy equivocado,
me estoy jugando la vida,
y a pesar de ello nada tengo al final,
te enseño mis manos,
no ves las cicatrices,
quizás me dejarás aquí consumirme.


La sangre... me cura.
El miedo... me cambia.
La fe siempre me salvará.

La sangre... hace un pacto.
El miedo... clava los ojos.
Mi fe está en alerta.

Ríndete a la miseria,
da la vuelta en desacuerdo,
deja su desconfianza aparte,
lava tus manos de remordimiento.


La gente reza por mí,
todos lo hacen por mí,
algunas veces siento que debería afrontarlo solo,
mi alma al descubierto,
me calma como para saber que no lo haré.

Aprendiendo de la miseria,
siendo discrepante,
dejando atrás la desconfianza,
estoy inspirado y satisfecho.



Ya van dos... ya van dos. Tengo miedo, enserio.

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